En esta etapa se define cómo será la pileta: su tamaño, profundidad, forma y ubicación dentro del terreno. También se eligen los materiales de construcción (como hormigón o fibra) y se decide el tipo de sistema de filtrado y desagüe. Además, si es necesario, se tramitan permisos municipales y se coordina la logística general del proyecto.

Una vez aprobado el diseño, se realiza la excavación del terreno según las medidas planificadas. Luego se construye la estructura de la pileta: se colocan los hierros y se realiza el encofrado para luego llenar con hormigón o montar la estructura prefabricada. Este paso incluye la base, las paredes y los refuerzos necesarios para asegurar la durabilidad.

Se instalan las cañerías, el sistema de filtrado, las conexiones eléctricas (para luces, bomba, etc.) y cualquier otro accesorio necesario. Luego se realiza el revestimiento interior (como venecitas, pintura especial o membranas) y se colocan los bordes atérmicos o solados exteriores. Por último, se llena la pileta y se realiza la puesta en marcha del sistema.